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Obras de Yorik R. Piña Y Programas de AMIMUNDO
Premiación para niños y jóvenes entre 10 y 20 años en el "Programa Virtual de Prevención del delito y otros vicios" (PCPC)
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Próxima premiación, domingo 30 de junio, 2024
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TEMA
Fragmento de urbanidad
Fragmento de urbanidad
Para Crecer
PCP-2

Lee y reflexiona:
"La habilidad de aprender más rápido que los competidores es la única ventaja competitiva sostenible"      Arie Degeus.

TEMA
"En las competencias de cualquier tipo, cuando ganes no humilles al contrario y cuando pierdas no te descompongas".
Esta actitud repetida con frecuencia en tu quehacer cotidiano puede generar el control de ira, paciencia, empatía, sabiduría, solidaridad, superación, sacrificio y prudencia.



Organiza en tu barrio competencias informales de canicas, baloncesto (21), tiros al aro, nintendo, cartas, destrezas físicas, etc. Observa tus reacciones internas cuando ganas y cuando pierdes. Se tenaz, actúa de acuerdo al
¿Qué ocurre cuando te sientes acorralado y te convences que tus razones no son válidas? ¿Qué te ocurre cuando sientes que los demás no quieren aceptar que tus criterios son veraces? Y cuando aceptan que están equivocados, ¿qué te ocurre?
Si tienes 18 años o más organiza, en tu hogar, en la escuela o universidad y en tu barrio, discusiones sobre eventos específicos de política, deportes, economía, etc. o sobre políticos, artistas, programas de televisión, personajes famosos, etc. Escucha con atención los criterios de los demás. Plantea, más adelante, los tuyos.

Lee y reflexiona
Prudencia:
Es un valor humano que te hace juicioso, es decir, te ayuda a identificar qué es lo bueno y que es lo malo. Saber identificar lo bueno y lo malo es la antesala para lograr el razonamiento lógico. Recuerda que los elementos de la mente superior son: percepción, enjuiciamiento y razonamiento.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua define la prudencia como: cautela, moderación, sensatez, buen juicio. Es una de las 4 virtudes cardinales que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno y lo que es malo para seguirlo o huir de ello.
Las virtudes cardinales son: fortaleza, templanza, prudencia y justicia. Busca el significado de cada una de ellas y ejercítalas con tus padres, maestros, amigos y vecinos.

Lee y Reflexiona:
Patriotismo: Amor a la patria.
Patria: Tierra natal o adoptiva ordenada como nación o país, a la que se pertenece por vínculos afectivos, históricos o jurídicos.

Fundación Amigos Del Mundo Incorporada. Amimundo.
Programa de Crecimiento Personal.
Módulo 2
 Urbanidad de Manuel Carreño.
De los deberes para con nuestros padres.
3era parte
Si durante nuestra infancia, nuestra niñez y nuestra juventud, trabajaron asiduamente para alimentarnos, vestirnos, educarnos y facilitarnos toda especie de goces inocentes, ellos no se desprenden en nuestra edad madura de la dulce tarea de hacernos bien, recibiendo por el contrario, un placer exquisito en continuar prodigándonos sus beneficios, por más que nuestros elementos personales, que ellos mismos fundieron, nos proporcionen ya los medios de proveer a nuestras necesidades. Nuestros padres son al mismo tiempo nuestros primeros y más sinceros amigos, nuestros naturales consultores, nuestros leales confidentes.
El egoísmo, la envidia, la hipocresía, y todas las demás pasiones tributarias del interés personal, están excluidas de sus relaciones con nosotros; así es que nos ofrecen los frutos de su experiencia y de sus luces, sin reservarnos nada, y sin que podamos jamás recelarnos de que sus consejos vengan envenenados por la perfidia o el engaño.
Las lecciones que han recibido en La escuela de la vida, los descubrimientos que han hecho en las ciencias y en las artes, los secretos útiles que poseen, todo es para nosotros, todo nos lo transmiten, todo lo destinan siempre a la obra predilecta de nuestra felicidad.
Y si los vemos aún, en edad avanzada, trabajar con actividad y con ahínco en la conservación y adelanto de sus propiedades, fácil es comprender que nada los mueve que no sea, el provecho que puedan obtener en favor de una vida que ya van a abandonar: ¡sus hijos! sí, el porvenir de sus queridos hijos, he aquí su generoso móvil, he aquí el estímulo que les da fuerzas en la misma ancianidad.
Si, pues son tantos y de tan elevada esfera los beneficios que recibimos de nuestros padres y su misión es tan sublime y su amor tan grande que nos preguntamos: ¿cuál será la extensión de nuestros deberes para con ellos?
¡Desgraciado de aquel que, al llegar al desarrollo de su razón, no la haya medido ya con la noble y segura escala de la gratitud! Porque a la verdad es que quien que no haya podido comprender para entonces todo lo que debe a sus padres, tampoco habrá comprendido lo que debe a Dios; y para las almas ruines y desagradecidas no hay felicidad posible, ni en esta vida ni en la otra.
El amor filial es, por otra parte, uno de los sentimientos que más honran y ennoblecen el corazón humano, y que más lo disponen a la práctica de todas las grandes virtudes.
Tan persuadidos vivimos de esta verdad, que para juzgar la índole y el valor moral de la persona que nos importa conocer, desde luego que investigamos su conducta para con sus padres, y si encontramos que ella es buena, ya se despierta en nosotros una fuerte simpatía y un sentimiento profundo de estimación y de benevolencia.
Cuando él amoroso padre va a dar a la hija de su corazón un compañero de su suerte, sus inquietudes se calman y su ánimo se conforta, si en trance tan solemne puede exclamar: ¡Es un buen hijo! Y así compendia y expresa, de la manera más tierna y elocuente, todo lo que hay de grande y de sublime en la piedad filial.
Fragmento de urbanidad
ACTIVIDADES PERSONALES
Es obligatorio escoger, por lo menos, una de estas acciones. Son actividades que se prolongarán en el tiempo. Serán las mismas durante los siguientes 10 módulos.
 1.- Enseñar a leer a un analfabeto.
 2.- Criar animales para luego alimentarte tú y los tuyos.
 3.- Sembrar árboles frutales. Cuídalos hasta que tengan el desarrollo suficiente.
 4.- Siembra y Cultiva productos hidropónicos.
 ACTIVIDADES GRUPALES
Desarrolla la confianza y seguridad en uno mismo, levanta la estima personal, la capacidad de crear grupos de afecto y demostrar creatividad y accionar en el mundo que les rodea, así como la conciencia de individualidad, el espiritu de servicio, la solidaridad, descubrir los tesoros de la naturalez para provecho propio y de los demás.

Es obligatorio escoger, por lo menos, una de estas actividades. Los padres escogerán el mejor lugar en donde sus hijos o alumnos las ejecutarán:

 -deportes,
 -reforestación,
 -actividades culturales,
 -artesanía,
 -excursiones,
 -cursos técnicos.
 URBANIDAD
Es deseable reunirse, todos los que conviven bajo el mismo techo, con el objeto de leer y comentar un párrafo de Urbanidad. Sería provechoso que tus padres descarguen o compren, el "Manual De Urbanidad” de Manuel Carreño.

Fundación Amigos Del Mundo Incorporada. Amimundo.
Programa de Crecimiento Personal.
Módulo 2
Urbanidad de Manuel Carreño.
De los deberes para con nuestros padres.
 5ta parte.
En aquella hora suprema, en que ha de dar cuenta al Creador de todas sus acciones, los títulos de un buen hijo aplacarán la justicia divina y le alcanzarán misericordia. Deberes para con la patria, nuestra patria, generalmente hablando, es toda aquella extensión de territorio gobernada por las mismas leyes que rigen en el lugar en que hemos nacido, donde formamos con nuestros conciudadanos una gran sociedad de intereses y sentimientos nacionales.
Cuánto hay de grande, cuánto hay de sublime, lo que se encuentra comprendido en el dulce nombre de patria; y nada nos ofrece el suelo en que vimos la primera luz, que no esté para nosotros acompañado de patéticos recuerdos, y de estímulos a la virtud, al heroísmo y a la gloria.
Las ciudades, los pueblos, los edificios, los campos cultivados, y todos los demás signos y monumentos de la vida social, nos representan a nuestros antepasados y sus esfuerzos generosos por el bienestar y la dicha de su posteridad, la infancia de nuestros padres, los sucesos inocentes y sencillos que forman la pequeña y siempre querida historia de nuestros primeros años, los talentos de nuestras celebridades en las ciencias y en las artes, los magnánimos sacrificios y las proezas de nuestros grandes hombres, los placeres y, en fin, los sufrimientos de una generación que pasó y nos dejó sus hogares, sus riquezas y el ejemplo de sus virtudes.
Los templos, esos lugares santos y venerables, levantados por la piedad y el desprendimiento de nuestros compatriotas, nos traen constantemente el recuerdo de los primeros ruegos y alabanzas que dirigimos al Creador, cuando el celo de nuestros padres nos condujo a ellos por vez primera; contemplando con una emoción indefinible, que también ellos desde niños elevaron allí su alma a Dios y le rindieron culto.
Nuestras familias, nuestros parientes, nuestros amigos, todas las personas que nos vieron nacer, que desde nuestra infancia conocen y aprecian nuestras cualidades, que nos aman y forman con nosotros una comunidad de afectos, goces, penas y esperanzas, todo existe en nuestra patria, todo está en ella reunido; y en ella está vinculado nuestro porvenir y el de cuantos objetos nos son caros en la vida. Después de estas consideraciones, fácil es comprender que a nuestra patria todo lo debemos.
En sus días serenos y bonancibles, en que nos brinda sólo placeres y contento, le manifestaremos nuestro amor guardando fielmente sus leyes y obedeciendo a sus magistrados; prestándonos a servirla en los destinos públicos, donde necesita de nuestras luces y de nuestros desvelos para la administración de los negocios del Estado; contribuyendo con una parte de nuestros bienes al sostenimiento de los empleados que son necesarios para dirigir la sociedad con orden y con provecho de todos, de los ministros del culto, de los hospitales y demás establecimientos de beneficencia donde se asilan los desvalidos y desgraciados; y en general, contribuyendo a todos aquellos objetos que requieren la cooperación de todos los ciudadanos. Pero en los momentos de conflicto, cuando la seguridad pública está amenazada, cuando la patria nos llama en su auxilio, nuestros deberes se aumentan con otros de un orden muy superior.
Entonces, la patria cuenta con todos sus hijos sin limitación y sin reserva: entonces los gratos recuerdos adheridos a nuestro suelo, los sepulcros venerados de nuestros antepasados, los monumentos de sus virtudes, de su grandeza y de su gloria, nuestras esperanzas, nuestras familias indefensas, los ancianos, que fijan en nosotros su mirada impotente y acongojada y nos contemplan como sus salvadores, todo viene entonces a encender en nuestros pechos el fuego sagrado del heroísmo, y a inspirarnos aquella abnegación sublime que conduce al hombre a los peligros y a la inmortalidad.
Nuestro reposo, nuestra fortuna, cuanto poseemos, nuestra vida misma pertenece a la patria en sus angustias, pues nada nos es lícito reservarnos en común conflicto. Muertos nosotros en defensa de la sociedad en que hemos nacido, ahí quedan nuestras queridas familias y tantos inocentes a quienes habremos salvado, en cuyos pechos, inflamados de gratitud, dejaremos un recuerdo imperecedero que se irá transmitiendo de generación en generación. Ahí queda la historia de nuestro país, que inscribirá nuestros nombres en el catálogo de sus bienhechores: ahí queda a nuestros descendientes y a nuestros conciudadanos todos, un noble ejemplo que imitar y que aumentará los recuerdos que hacen tan querido el suelo natal.
Y respecto de nosotros, recibiremos sin duda en el Cielo el premio de nuestro sacrificio; porque nada puede ser más recomendable, ante los ojos de Dios justiciero, que ese sentimiento en extremo generoso y magnánimo, que nos hace preferir la salvación de la patria a nuestra propia existencia.
PARA CRECER

"Conversa con personas mayores sin faltar les al respeto, aún estas te maltraten con palabras" (maestros, vecinos, familiares. No lo hagas con desconocidos).
Esta actividad, ejecutada con frecuencia, puede generar el control de ira, la asertividad, mansedumbre, confianza y seguridad en sí mismo, empatía y conciencia de individualidad.



Establece diálogo con personas mayores que tú. Sugiéreles con respeto que mantengan actitudes diferentes en cuanto a sus hijos, la comunidad, los maestros, la escuela, el cuidado del medio ambiente.
Si la reacción es negativa y te faltan al respeto, quédate en silencio y baja la cabeza. Al día siguiente, con mucho cuidado, comunica tu tristeza por lo acontecido y, si las condiciones están dadas, sugiérele que, si no respetan los niños y jóvenes, están provocando que estos le falten, aunque tú no lo hagas.
Si tienes 18 años o más y, una persona mayor que tú, te falta al respeto, no tienes que esperar al día siguiente, a menos que la persona esté bastante alterada o si son tus padres. Debes esperar a que se calmen.
Aprende a manejar estas situaciones. SÉ ASERTIVO.
Ser asertivo es tener conciencia de los derechos que te corresponden y el que le corresponde a los demás. Es no intentar manipular a los otros, ni permitir que nadie te manipule.
La asertividad y la empatía evitan las conductas antisociales, la delincuencia.

Lee y reflexiona:
Mansedumbre.
 Una persona mansa es de condición benigna y suave. Que no es brava. Es apacible, sosegada y tranquila.

 
Fundación Amigos Del Mundo Incorporada. Amimundo.
Programa de Crecimiento Personal.
Módulo 2
Urbanidad de Manuel Carreño.
De los deberes para con nuestros padres.
 4ta parte.
Debemos, pues, gozarnos en el cumplimiento de los deberes que nos han impuesto para con nuestros padres las leyes divinas y la misma naturaleza. Amarlos, honrarlos, respetarlos y obedecerlos, he aquí estos grandes y sagrados deberes, cuyo sentimiento se desarrolla en nosotros, desde el momento en que podemos darnos cuenta de nuestras percepciones, y aun antes de haber llegado a la edad en que recibimos las inspiraciones de la reflexión y la conciencia.
En todas ocasiones debe sernos, altamente, satisfactorio testificarles nuestro amor con las demostraciones más cordiales y expresivas; pero cuando se encuentran combatidos por la desgracia, cuando el peso de la vejez los abruma y los reduce a ese estado de impotencia en que tanto necesitan de nuestra solicitud y nuestros auxilios, recordemos cuánto les debemos, consideremos qué no harían ellos por aliviarnos y con cuánta bondad sobrellevarían nuestras miserias, y no les reservemos nada en sus necesidades, ni creamos nunca que hemos empleado demasiado sufrimiento en las incomodidades que nos ocasionen sus cansados años.
Este acendrado amor debe naturalmente conducirnos a cubrirlos siempre de honra, contribuyendo, por cuantos medios estén a nuestro alcance, a su estimación social, y ocultando, cuidadosamente de los extraños, las faltas a que como seres humanos pueden estar sujetos, porque la gloria del hijo es el honor al padre.
Nuestro respeto debe ser profundo e inalterable, sin que podamos jamás permitirnos la más ligera falta que lo profane, aun cuando lleguemos a encontrarlos alguna vez apartados de la senda de la verdad y de la justicia, y aun cuando la desgracia los haya condenado a la demencia, o a cualquier otra situación lamentable que los despoje de la consideración de los demás. Siempre son nuestros padres, y a nosotros no nos toca otra cosa que compadecerlos, llorar sus miserias, y colmarlos de atenciones delicadas y de contemplaciones.
Y respecto de nuestra obediencia, ella no debe reconocer otros límites que los de la razón y la moral; debiendo hacerles nuestras observaciones de una manera dulce y respetuosa, siempre que una dura necesidad nos obligue a separarnos de sus preceptos. Pero guardémonos de constituirnos inconsiderada y abusivamente en jueces de estos preceptos, los cuales serán rara vez de tal naturaleza que, puedan justificar nuestra resistencia, sobre todo en nuestros primeros años, en que sería torpe desacato el creernos capaces de juzgar.
Hállase, en fin, comprendido en los deberes de que tratamos, el respeto a nuestros mayores, especialmente a aquellos a quienes la venerable senectud acerca ya al término de la vida y les da derecho a las más rendidas y obsequiosas atenciones.
También están aquí comprendidas nuestras obligaciones para con nuestros maestros, a quienes debemos arriar obediencia y respeto, como delegados que son de nuestros padres en el augusto ministerio de ilustrar nuestro espíritu y formar nuestro corazón en el honor y la virtud.
Si en medio de la capacidad y la indolencia de nuestros primeros años, podemos a veces desconocer todo lo que debemos a nuestros maestros, y cuánta influencia ejercen sus paternales desvelos en nuestros futuros destinos, el corazón debe volver a ellos en la efusión de la más pura gratitud, y rendirles todos los homenajes que le son debidos, desde que somos capaces de distinguir los rasgos que caracterizan a nuestros verdaderos amigos y bienhechores.
¡Cuán venturosos días debe esperar sobre la tierra el hijo amoroso y obediente, el que ha honrado a los autores de su existencia, el que los ha socorrido en el infortunio, el que los ha confortado en su ancianidad!
Los placeres del mundo serán para él siempre puros como en la mañana de la vida.  En la adversidad encontrará los consuelos de la buena conciencia, y aquella fortaleza que desarma las iras de la fortuna, y nada habrá para él más sereno y tranquilo que la hora de la muerte, seguro como está de haber hecho el camino de la eternidad a la sombra de las bendiciones de sus padres.
Fragmento de urbanidad
Para Tu Conocimiento:
(Desarrolla la confianza y seguridad en uno mismo, la capacidad de accionar en el mundo que le rodea y la conciencia de individualidad)

  Si  tienes 18 o más, si estás asistiendo al curso terminal de la educación media,  si estás cursando educación superior o eres graduado en cualquier carrera,  sustituye las sugerencias de más abajo por una sola:
Lee un libro de, al menos, 150 páginas.
(Puedes entretenerte resolviendo esta tarea de conocimientos básicos)

I
Resuelve estas operaciones:
Suma
235.12
2,845.69
0.12356
12.003,698
1,245.008
125.125698
Resuelve:
f) 2/3 + ¼ =
g)3/7- 2/5=
h) ½ x ¾ =
i) ½: ¼ =

II
Escribe  estas cantidades.
F) Trescientos ocho
Siete millones seiscientos ocho mil tres.
Mil doscientos cuarenta millones mil ocho.
Setecientos mil dos
Un millón mil uno.
Cuatro mil seis
Dos mil trescientos cuarenta y dos.
Mil millones, seis mil seis.
Tres mil cuarenta millones cien mil cien

III
Busca  los sinónimos de:
Enseñar.
Aprender.
Hogar.

IV
¿Qué  es la Hidrografía?
V
¿Qué es una  Molécula?

VI
¿En qué fecha se celebra la independencia de  tu país?

Fundación Amigos Del Mundo Incorporada. Amimundo.
Programa de Crecimiento Personal.
Módulo 2
Urbanidad de Manuel Carreño.
De los deberes para con nosotros mismos.
 1era parte.
Si hemos nacido para amar y adorar a Dios, y para aspirar a más altos destinos que los que nos ofrece esta vida precaria y calamitosa, si obedeciendo los impulsos que recibimos de aquel
Ser infinitamente sabio, origen primitivo de todos los grandes sentimientos, nos debemos también a nuestros semejantes y en especial a nuestros padres, a nuestra familia y a nuestra patria; y si tan graves e imprescindibles son las funciones que nuestro corazón y nuestro espíritu tienen que ejercer para corresponder dignamente a las miras del Creador, es una consecuencia necesaria y evidente que nos encontramos constituidos en el deber de instruirnos, de conservarnos y de moderar nuestras pasiones.
La importancia de estos deberes está implícitamente reconocida en el simple reconocimiento de los demás deberes, los cuales nos sería imposible cumplir si la luz del entendimiento no nos guiase en todas nuestras operaciones, si no cuidásemos de nuestra salud y nos fuese lícito aniquilar nuestra existencia, y si no trabajásemos constantemente en precavernos de la ira, de la venganza, de la ingratitud, y de todos los demás movimientos irregulares a que desgraciadamente está sujeto el corazón humano.
¿Cómo podríamos concebir la grandeza de Dios sin detenernos con una mirada inteligente a contemplar la magnificencia de sus obras, y a admirar en el espectáculo de la naturaleza todos los portentos y maravillas que se ocultan a la ignorancia? Sin ilustrar nuestro entendimiento, sin adquirir, por lo menos, aquellas nociones generales que son la base de todos los conocimientos, y la antorcha que nos ilumina en el sendero de la perfección moral, ¿cuán confusas y oscuras no serían nuestras ideas acera de nuestras relaciones con la Divinidad, de los verdaderos caracteres de la virtud y del vicio, de la estructura y fundamento de las sociedades humanas y de los medios de felicidad con que la Providencia ha favorecido, en este mundo, a sus criaturas?
El hombre ignorante es un ser, esencialmente, limitado en todo lo que mira a las funciones de la vida exterior, y completamente nulo para los goces del alma, cuando replegada está sobre sí misma y a solas con las inspiraciones de la ciencia, medita, reflexiona, rectifica sus ideas y, abandonando el error, causa eficiente de todo mal, entra en posesión de la verdad, que es el principio de todo bien.
La mayor parte de las desgracias que afligen a la humanidad, tienen su origen en la ignorancia; y pocas veces llega un hombre al extremo de la perversidad, sin que, en sus primeros pasos, o en el progreso del vicio, haya sido guiado por ideas erróneas, por principios falsos, o por el desconocimiento absoluto de sus deberes religiosos y sociales.
Grande sería nuestro asombro, y crecería, desde luego, en nosotros el deseo de ilustrarnos, si nos fuese dable averiguar por algún medio, cuántos de esos infelices que han perecido en los patíbulos, hubieran podido llegar a ser, mejor instruidos, hombres virtuosos y ciudadanos útiles a su patria.
La estadística criminal podría, con mayor razón, llamarse entonces la estadística de la ignorancia; y vendríamos a reconocer que el hombre, la obra más querida del Creador, no ha recibido por cierto una organización tan depravada como parece de los desórdenes a que de continuo se entrega, y de las perturbaciones y estragos que estos desórdenes causan en las familias, en las naciones, en el mundo entero.
La ignorancia corrompe con su hálito impuro todas las fuentes de la virtud, todos los sentimientos del corazón, y convierte, muchas veces, en daño del individuo y de la sociedad, las más bellas disposiciones naturales.
Apartándonos del conocimiento de lo verdadero y de lo bueno, y gastando en nosotros todos resortes del sistema sensible, nos entrega a torpes impulsos de la vida material, que es la de los errores y la degradación.
Por el contrario, la ilustración no sólo aprovecha todas las buenas dotes con que hemos nacido, y nos encamina al bien y a la felicidad, sino que iluminando nuestro espíritu, mostrándonos el crimen en toda su enormidad y la virtud en todo su esplendor, endereza nuestras malas inclinaciones, consume en su llama nuestros malos instintos, y conquista para Dios y para la sociedad muchos corazones que, formados en la oscuridad de la ignorancia, hubieran dado frutos de escándalo, de perdición y de ignominia.
 
Barahona, República Dominicana



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