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Fragmento de urbanidad
Fragmento de Urbanidad
Para Crecer
TEMA
PARA CRECER
“Hacer 2 horas de tareas escolares todos los días con otros compañeros"
Capacidad de crear grupos de afecto y demostrar creatividad, confianza y seguridad en uno mismo, capacidad de accionar en el mundo que te rodea, conciencia de individualidad, empatía, generosidad, paciencia, tenacidad, puntualidad, responsabilidad, fuerza de voluntad y afecto de amor.

El hábito es la repetición consecutiva de un acto. Para lograr tener hábito de estudio sólo tienes que estudiar 2 horas, todos los días (con excepción del domingo), a la misma hora y en el mismo lugar.
Procura estar cómodo. Subraya las palabras que no conozcas. Búscalas en un diccionario y, luego, lee otra vez el texto. Es seguro que lo entenderás a la perfección.
Si asistes a la universidad y necesitas más tiempo para completar tus deberes, es recomendable que lo hagas en períodos de 2 horas; descansando una hora, por cada período de dos.
El método de enseñanza tiene dos elementos fundamentales: la asimilación y la fijación. La primera se logra cuando en el aula el maestro expone el nuevo tema y sus características más importantes. Si entendiste a la perfección los conocimientos nuevos, el profesor te indicará los ejercicios correspondientes (tareas para resolver en la casa). Al concluirlas, ya están fijadas en los "archivos" de tu cerebro.
De no hacerlo así, en pocos días no recordarás nada de lo expuesto por el maestro. Se esfumó lo que habías entendido tan bien cuando el tema se expuso por primera vez en el aula.
No tiene ningún sentido, asistir a clases y luego no hacer las tareas que te asignan para la casa.
Fundación Amigos Del Mundo Incorporada. Amimundo.
Programa de Crecimiento Personal.
Módulo 5.
Urbanidad de Manuel Carreño.
Del Aseo De nuestra Habitación.
10 — No mantengamos ni un instante en nuestro aposento ningún objeto que pueda producir un olor desagradable. Por el contrario, procuremos conservar siempre en él alguna cosa que lisonjee el olfato, con tal que sus exhalaciones no sean nocivas a la salud, y que la pongamos fuera para dormir. El calzado inútil, los vestidos destinados a ser lavados, las aguas que han servido a nuestro aseo, etc., etc., descomponen la atmósfera y producen olores ingratos, que tan mal se avienen con la decencia y el decoro, como con las reglas higiénicas.
11 — Los vestidos de nuestra cama deben estar siempre aseados. Nuestras circunstancias particulares nos indicarán siempre los períodos ordinarios en que debamos mudarlos; pero jamás aguardemos a hacerlo obligados por su estado de suciedad.
12 — La cocina es una pieza en que luce, muy especialmente, el buen orden y la educación de una familia. Por lo mismo que en ella se ejecutan tantas operaciones que pueden fácilmente, y a cada paso, relajar el aseo.
Es más importante la supervigilancia que exige de las personas que dirigen la casa. Inconcebible es cómo el lugar destinado a preparar las viandas, se descuide, a veces, hasta el punto de que su aspecto produzca las más fuertes sensaciones de asco.
13 — El cuarto de baño debe estar siempre inmaculadamente limpio. Esto es muy fácil por los materiales especiales que entran actualmente en su construcción: loza, porcelana, materiales vinílicos, cromo, etc. Todos deben estar brillantes siempre.
14 — Una familia delicada y culta no permite que la parte exterior de su casa se encuentre nunca desaseada.
Como la calle puede perder, instantáneamente, su limpieza, por muchas causas que es excusado enumerar, se hace indispensable que cada cual examine con frecuencia el frente de su habitación, a fin de hacerlo asear cada vez que sea necesario.
15 —La cría de animales que no nos traen una utilidad reconocida, a más de ser generalmente un signo de la frivolidad de nuestro carácter, es un germen de desaseo, al cual tenemos que oponer un constante cuidado, que bien pudiéramos aplicar a objetos más importantes y más dignos de ocupar la atención y el tiempo de la gente civilizada.
16 — Nada es, por otra parte, más incivil que el tener expuesta a una visita a ser invadida por las caricias y retozos y aun por la cólera de un animal, y a que haya de salir de nuestra casa con sus vestidos sucios, rotos o ajados, y acaso con una mordedura u otro accidente de este género que quebrante su salud. Cuando la necesidad nos obligue a conservar un animal, mantengámosle en lugar apartado, fuera de la vista de las personas que nos visitan.
17 — La puntual observancia de estas reglas, nos libertará, asimismo, de incurrir en la falta, altamente inexcusable, de devolver asquerosa y deteriorada la casa que se nos ha confiado, si es que vivimos en casa alquilada, como lo hacen las personas mal educadas, y que tienen la desgracia de ignorar todo lo que deben a la decencia y a su propio decoro.
18 — Si hemos vivido como personas finas y delicadas, los que entren a habitar la casa que desocupamos, no necesitarán de asearla; y si hubieren de repararla, no será, por cierto, a consecuencia de daños que nosotros hayamos causado.
Conocimiento
Fragmento de urbanidad
PCP-5
Reflexiona:
"Vale muy poco el oro cuando el alma se llena de tristeza”. Ibsen.
Enseña lo que sabes. Así aprendes más.
La práctica frecuente de esta actividad te genera la confianza y seguridad en uno mismo, empatía, afecto de amor, solidaridad, capacidad de crear grupos de afecto para demostrar creatividad, conciencia de individualidad, Capacidad de accionar en el mundo que te rodea.

Invita a un compañero de tu curso a estudiar juntos las tareas de la materia que tú mejor dominas y te has dado cuenta que tu compañero no lo hace muy bien. Ofrécele tu ayuda sin mezquindades. Recuerda que la mejor manera de aprender es enseñando, porque al enseñar repites mucho los mismos conceptos y logras, fijar el conocimiento.
No lo minimices. Dale ánimo. Dile que, así como tú te lo aprendiste, él también puede aprenderlo. Tus padres deben conocer el padre, la madre o los tutores de tu compañero(a). Enseñando es como mejor se aprende.
El ejercicio de esta actividad desarrolla valores como la solidaridad, el sentido de servicio, el amor, la comprensión, la caridad, la templanza, la tenacidad y, sobre todo, la seguridad en ti mismo.
Fundación Amigos Del Mundo Incorporada. Amimundo.
Programa de Crecimiento Personal.
Módulo 5.
Urbanidad de Manuel Carreño.
Del Aseo De nuestra Habitación.
1 — De la misma manera que debemos atender constantemente el aseo en nuestra persona y en nuestros vestidos, así debemos poner un especial cuidado en que la casa que habitamos, sus muebles y todos los demás objetos que en ella se encierren permanezcan siempre en un estado de perfecta limpieza.
2 — Este cuidado no debe dirigirse tan sólo a los departamentos que habitualmente usamos: es necesario que se extienda a todo el edificio, sin exceptuar ninguna de sus partes, desde la puerta exterior hasta aquellos sitios menos frecuentados y que están menos a la vista de los extraños.
3 —La entrada de la casa, los corredores y el patio principal, son lugares que están a la vista de todo el que llega a nuestra puerta; y por tanto, debe inspeccionarse constantemente, a fin de impedir que en ningún momento se encuentren desaseados.
Como generalmente se juzga de las cosas por su exterioridad, un ligero descuido en cualquiera de estos lugares, sería bastante para que se formase una idea desventajosa del estado de limpieza de los departamentos interiores, por más aseados que éstos se encontrasen.
4—En el patio principal no se debe arrojar agua, aun cuando ésta sea limpia, porque todo lo que interrumpe el color general del piso, lo desluce y hace mala impresión a la vista.
Las personas mal educadas acostumbran arrojar en los patios el agua en que lavan, y aun otros líquidos corruptibles o saturados de diversas sustancias colorantes, los cuales, a más de dejar duraderas manchas, producen mal olor, y en su evaporación obran directamente contra la salud.
5 — La limpieza del piso contribuye en gran manera al lucimiento de los edificios, a la conservación de los muebles, y a ahuyentar los insectos y reptiles cuya presencia es casi siempre un signo de suciedad y de incuria. Deben, pues, conservarse los suelos en perfecto aseo, sin exceptuar para esto los patios ni la cocina.
6 — No hay ninguna habitación, ningún lugar de la casa, que no reclame nuestros más exquisitos cuidados en materia de aseo y limpieza; pero consideremos que, si una pequeña falta puede alguna vez ser excusable en la parte interior, jamás lo será en la sala ni en los demás puntos de recibo. Una mancha en nuestros vestidos tomada en un asiento, podrá ser imputada a nuestros sirvientes; en los vestidos de un extraño, nos será siempre, y con razón, imputada a nosotros.
7 — El aseo en las habitaciones no debe limitarse a los suelos y a los muebles: es necesario que los techos, las paredes, las puertas, las ventanas y todas las demás partes del edificio, permanezcan en estado de perenne limpieza.
8 — En cuanto a los dormitorios y demás aposentos interiores, cuidemos además de que en ellos corra el aire libre, en todas las horas en que la necesidad no nos obligue a mantenerlos cerrados.
Esta regla de aseo es al mismo tiempo una prescripción higiénica, por cuanto la ventilación de los aposentos contribuye en gran manera a la conservación de la salud.
Nada debe sernos por otra parte, más desagradable que un médico, o cualquiera otra persona, a quien debemos dar entrada en ellos, tenga que pasar por la pena de echar de menos un ambiente puro.
9 — Por esto al levantamos, cuando nuestro dormitorio se encuentra impregnado de las exhalaciones de los cuerpos durante la noche, sin que hayan podido disiparse por la renovación del aire, debemos apresurarnos a abrir puertas y ventanas, previas las precauciones necesarias a la salud, y tan luego como nos encontremos vestidos.
Actividades
Fragmento de urbanidad
ACTIVIDADES PERSONALES

1.- Enseñar a leer a un analfabeto.
2.- Criar animales para luego alimentarte tú y los tuyos.
3.- Sembrar árboles frutales. Cuídalos hasta que tengan el desarrollo suficiente.
4.- Siembra y Cultiva productos hidropónicos.
2.- Criar animales para luego alimentarte tú y los tuyos.
3.- Sembrar árboles frutales. Cuídalos hasta que tengan el desarrollo suficiente.
4.- Siembra y Cultiva productos hidropónicos.
2.- Criar animales para luego alimentarte tú y los tuyos.
3.- Sembrar árboles frutales. Cuídalos hasta que tengan el desarrollo suficiente.
4.- Siembra y Cultiva productos hidropónicos.
2.- Criar animales para luego alimentarte tú y los tuyos.
3.- Sembrar árboles frutales. Cuídalos hasta que tengan el desarrollo suficiente.
4.- Siembra y Cultiva productos hidropónicos.
ACTIVIDADES GRUPALES

(Desarrolla la confianza y seguridad en uno mismo, levanta la estima personal, la capacidad de crear grupos de afecto y demostrar creatividad y accionar en el mundo que les rodea, así como la conciencia de individualidad, el espiritu de servicio, la solidaridad, descubrir los tesoros de la naturalez para provecho propio y de los demás)
Es obligatorio escoger, por lo menos, una de estas actividades. Los padres escogerán el mejor lugar en donde sus hijos o alumnos las ejecutarán:
-deportes,
-reforestación,
-actividades culturales,
-artesanía,
-excursiones,
-cursos técnicos.
URBANIDAD
Es deseable reunirse, todos los que conviven bajo el mismo techo, con el objeto de leer y comentar un párrafo de Urbanidad. Sería provechoso que tus padres descarguen o compren, el "Manual De Urbanidad” de Manuel Carreño.
Fundación Amigos Del Mundo Incorporada. Amimundo.
Programa de Crecimiento Personal.
Módulo 5.
Urbanidad de Manuel Carreño.
Del aseo para los demás
1 — La benevolencia, el decoro, la dignidad personal y nuestra propia conciencia, nos obligan a guardar, severamente, las leyes del aseo, en todos aquellos actos que, en alguna manera, están o pueden estar, en relación con los demás.
2 — Debemos, pues, abstenemos de toda acción que directa o indirectamente sea contraria a la limpieza que, en sus personas, en sus vestidos y en su habitación han de guardar aquellos con quienes tratamos, así como también de toda palabra, de toda alusión que pueda producir en ellos la sensación del asco.
3__ Jamás nos acerquemos tanto a la persona con quien hablamos, que llegue a percibir nuestro aliento; y seamos en esto muy cautos, pues muchas veces nos creemos a suficiente distancia del que nos oye, cuando realmente no lo estamos.
4 — Los que se ponen a silbar mientras combinan sus lances en el ajedrez y otros juegos de esta especie, se olvidan de que así cometen la grave incivilidad de arrojar su aliento sobre la persona que tienen por delante.
5 — Cuando no estando solos, nos ocurra toser o estornudar, apliquemos el pañuelo a la boca, a fin de impedir que se impregne, de nuestro aliento, el aire que aspiran las personas que nos rodean; y aun volvámonos siempre a un lado, pues de ninguna manera está admitido ejecutar estos actos con el frente hacia nadie.
6 — Evitemos, en cuanto nos sea posible, el sonarnos cuando estemos en sociedad; y llegado el caso en que no podamos prescindir de hacerlo, procuremos que, la delicadeza de nuestros movimientos, debilite un tanto en los demás la sensación desagradable que naturalmente han de experimentar.
7 — Siempre que por enfermedad nos veamos, frecuentemente, en la necesidad de sonarnos, escupir, etcétera, abstengámonos de concurrir a reuniones de etiqueta y aun de poca confianza, y evitemos recibir visitas de la misma naturaleza.
8 — El acto amistoso de dar la mano al saludar, puede convertirse en una grave falta contra el aseo que debemos a los demás, si no observamos ciertos miramientos que a él están anexos, y de los cuales, jamás prescinde el hombre delicado y culto.
9 — En general, siempre que nos vemos en el caso de dar la mano, se supone que hemos de tenerla perfectamente aseada, por ser éste un acto de sociedad, y no se nos es lícito presentarnos jamás delante de nadie sino en estado de limpieza.
10 — Cuando por causa de algún ejercicio violento, o por la influencia del clima, o bien por vicio de nuestra propia naturaleza, nos encontremos transpirados, no alarguemos a nadie la mano sin enjugarla antes, disimuladamente, con un pañuelo. Las personas que con sus manos humedecen las ajenas, sin duda no conciben cuán ingrata es la sensación que producen.
. 11 — No basta que al dar nuestra mano estemos nosotros mismos persuadidos de su estado de limpieza. Es necesario que los demás no tengan ningún motivo para sospechar siquiera que la tenemos desaseada. Así, cuando nos veamos en el caso de saludar a una persona que nos ha visto antes ejecutar con las manos alguna operación, después de la cual pudiera suponerse que no le fuese agradable el tocarlas, omitiremos aquella demostración, excusándonos de un modo delicado y discreto, aun cuando tengamos la seguridad de que nuestras manos se han conservado en perfecto estado.
12 — Guardémonos de alargar nuestra mano a la persona a quien encontremos ejecutando con sus manos alguna operación poco aseada, la cual, según las reglas aquí establecidas, se halla en el deber de excusar esta demostración.
13 — Cuando al entrar de visita en una casa se penetra hasta el comedor, lo cual no está permitido; sino mediando una íntima confianza, no debe darse la mano a otras personas de las que se hallen en la mesa, que a los jefes de la familia; mas por lo mismo que éstos no pueden excusar un acto que peca contra el aseo, por cuanto han de continuar comiendo sin lavarse las manos, evitemos en todo lo posible el visitar a nuestros amigos a tales horas.
14 — Jamás brindemos a nadie comida ni bebida alguna que hayan tocado nuestros labios; ni platos u otros objetos de esta especie que hayamos usado; ni comida que hayamos tenido en nuestras manos, se exceptúan las frutas, cuya corteza las defiende de todo contacto.
Para Tu Conocimiento:
(Desarrolla la confianza y seguridad en uno mismo, la capacidad de accionar en el mundo que le rodea y la conciencia de individualidad)
Si todavía no has aprendido estos temas en tu escuela; puedes dejarlos para realizarlos cuando estés listo.
Si tienes 18 o más, si estás asistiendo al curso terminal de la educación media, si estás cursando educación superior o eres graduado en cualquier carrera, sustituye las sugerencias de más abajo por una sola:
Redacta una fábula con su moraleja.
Si quieres diviertete resolviendo la tareita de mas abajo
I
Matemáticas
Coloca 10 números racionales a la izquierda y 10 de números irracionales a la derecha.
Ej.
Números racionales
345.25
Números irracionales
24.33333333...
II
Lengua Española
Escribe 20 Verbos y
20 adverbios.
Verbos:
Ej:
Cantar
Dormir
Adverbios
Ej:
bien
mal
III
Lengua Española
Escribe 10 preposiciones:
Ejemplos:
a
para
IV
¿Qué es la geografía?
V
¿Qué es la biología?
VI
¿Qué es la historia?
Fundación Amigos Del Mundo Incorporada. Amimundo.
Programa de Crecimiento Personal.
Módulo 5.
Urbanidad de Manuel Carreño.
Del aseo para los demás. Continuación.
15 — No sólo no pretenderemos, sino que no permitiremos nunca que una persona toque siquiera con sus manos, lo que de alguna manera se haya impregnado o pueda suponerse que se ha impregnado de la humedad de nuestra boca.
16 — No ofrezcamos a nadie nuestro sombrero, ni ninguna otra pieza de nuestros vestidos que hayamos usado, ni objeto alguno de los que tengamos destinados para el aseo de nuestra persona; y cuando nos veamos en el caso de ofrecer nuestra cama, cuidemos de vestirla enteramente de limpio.
17___ No contrariemos nunca a los demás en el cumplimiento de las reglas establecidas en los tres párrafos anteriores: sería una incivilidad el intentar beber en el vaso en que otro ha bebido, comer sus sobras, tomar en nuestras manos lo que ha salido de su boca, o servirnos de los vestidos que ha usado, por más que quisiéramos con esto manifestarle cordialidad y confianza.
18 — Es impolítico excitar a una persona a que tome con las manos una comida que deba tomarse con tenedor o cuchara, o que acepte ningún obsequio en una forma que, de alguna manera, sea contraria a las reglas aquí establecidas.
19 — Tan sólo obligados por una dura necesidad, usaremos de aquellos objetos ajenos, que naturalmente ha de ser desagradable a sus dueños el continuar usando.
20 — Las personas que desconocen las prudentes restricciones a que debe estar siempre sujeta la confianza en todos sus grados, acostumbran acostarse en las camas de sus amigos cuando los visitan en sus dormitorios. La sola consideración de que el dueño de una cama que hemos usado, haya de mudar los vestidos de ésta después que nos retiramos, como en rigor debe hacerlo, es suficiente para que nos abstengamos de incurrir nunca en semejante falta.
21 — No toquemos con nuestras manos, ni menos con nuestros labios, ni con alguna cosa que haya entrado ya en nuestra boca, aquellos objetos que otro ha de comer o beber; y procuremos igualmente que los demás se abstengan; respecto de ellos, de todo acto contrario al aseo, de la misma manera que lo haríamos si estuviesen destinados para nuestro propio uso.
22 — No se deben aplicar jamás los labios al borde de la jarra de agua para beber. Siempre debe servirse ésta, en un vaso antes de tomarla.
23—No permitamos que otro, por ignorancia, tome en sus manos ni en su boca objeto que nosotros sabemos no debe tomar, según las reglas aquí establecidas.
24 — Es incivilidad el tener a la vista aquellos objetos de suyo asquerosos, o que, sin serlo esencialmente, causan, sin embargo, una impresión desagradable a alguna de las personas que nos visitan; y todavía lo es más el excitar a otro a verlos o tocarlos con sus manos, sin que para ello exista un motivo a todas luces justificado.
25 —También es impolítico el incitar a una persona a que guste o huela una cosa que haya de producirle una sensación ingrata al paladar o al olfato. Y téngase presente que desde el momento en que se rehúsa probar u oler algo, sea o no agradable por su naturaleza, ya toda insistencia es altamente contraria a la buena educación.
26 — Si, como hemos visto, el acto de escupir es inadmisible en la propia habitación, ya puede considerarse cuánto no lo será en la ajena. Apenas se concibe que haya personas capaces de manchar, de este modo, los suelos de las casas que visitan, y aun los petates y alfombras con que los encuentran cubiertos.
27 - Al entrar en una casa, procuremos limpiar la suela de nuestro calzado, si tenemos motivo para temer que a ella se hayan adherido algunas suciedades; y al penetrar en una pieza de recibo frotemos siempre el calzado en un ruedo o felpudo que encontraremos en la parte exterior de la puerta a fin de que nuestras pisadas no ofendan ni ligeramente al aseo de los suelos. En estas operaciones seremos todavía más prolijos y escrupulosos en tiempo de invierno, y siempre que hayamos transitado por lugares húmedos o enlodados.